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Mostrando las entradas etiquetadas como Semana Santa

Resucitado

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La parroquia de san Nicolás, encierra la celebración cofrade del Triduo Pascual. No olvidemos nunca, que la esencia de lo que celebramos en nuestras procesiones, se condensa en estas tres importantes celebraciones. La cena del Señor, la pasión y adoración de la Cruz y finalmente la Vigilia Pascual, que resucitará a la vida del raso rojo y la luz del blanco de túnicas y capas. La calle de san Nicolás nos convocará para clausurar la Semana Santa con el comienzo de la nueva. Jesús Resucitado nos demuestra cómo nos podemos fiar de Dios, pues cumple lo prometido: Resurexit sicut dixit. Los soldados, duermen el sueño de los que han perdido la fe y, aunque contemplen Tu gloria, no te ven a Ti en Ti. Porque no hay mas ciego que el que no quiere ver. Los sentimientos se entremezclan al ver como se cierran las puertas de nuestra ilusión tras El Resucitado. La espera comienza a descontar las hojas caducas del calendario cofrade. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Magna Procesión General

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La plaza nos invita a formar parte del aparente desorden que se ordena, de forma natural, para contarnos la pasión. Un caos multicolor se recompone armonioso, para que los pigmentos de este magnánimo cuadro nos inunden con su simbología. Penitentes, tronos, costaleros, achuchatronos, visitantes,… Todos serán un ir y venir sin un rumbo marcado, pero con un destino definido. La comitiva ha partido. El 16 de abril de 1897, marcará a la ciudad de forma excepcional para siempre. Las palabras de Juan Pasquau, así lo demuestran: «Todo ubetense – chico o grande – advierte, aún sin él quererlo, puede que aún sin él saberlo, algo insobornable dentro de su alma al presenciar en la noche del Viernes Santo, el desfile de la procesión general. Lo advierte, y no lo cuenta, ni lo canta» .  Pero esto, ¿hoy es así? ¿Siguen siendo vigentes estas palabras? Es responsabilidad de todos conservar, mantener y potenciar este bien autóctono. Tal vez, deberíamos desempolvar las actas de la historia para r...

Santo Entierro

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El Palacio de las Cadenas será testigo de excepción del cuerpo que yace vencido en la fría losa de la plaza Vázquez de Molina, convertida en camposanto de un Dios que nos habla de Vida Eterna. Andrés de Vandelvira, con su privilegiada perspectiva, contemplará las hileras de túnicas envueltas en luto riguroso, rematadas en elegantes golas cervantinas; y se estremecerá al ver cómo María Magdalena abraza y besa con devoción los pies del Maestro. Los santos Varones cierran la escena cotidiana del Santo Entierro del finado. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Soledad

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Luto y dolor por el Hijo muerto. Cada adoquín, pulido por la dura historia de cada día, ha sido testigo del caminar de la Madre Sanmillanera, cada Viernes Santo. Pero la Soledad se transforma en el barrio alfarero y se torna en multitud, para que María se sienta reconfortada por toda la ciudad. Los singulares costaleros con túnica, allanarán con su esfuerzo la extenuante Cuesta de la Merced y la oración rezada en saeta la esperará como cada año. A tu vuelta, las porosas piedras de la Puerta del Losal, aguardaran a que se cumpla la tradición centenaria, al grito de: «¡Ya es nuestra!». La música hecha ofrenda que enjugue tu rostro, no descansa sobre pentagramas, no lo necesita; lamentos y Stabat Mater .                      La Madre piadosa estaba                       junto a la cru...

Angustias

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Tras el Descendimiento del Hijo, san Isidoro, en el Claro bajo, será cronista de excepción del sexto dolor de María. Los hermanos a semejanza de la Madre de las Angustias, llevarán la cruz tras de ellos, reflejada como la proyección del sol del medio día, en la espalda de la Madre. El dolor humano cobra su máxima expresión, al romperse el ciclo natural de la vida, por la que los hijos serán los que entierren a los padres. Pero el rostro de María, aun roto por el dolor, rezuma dulzura al mirar al rostro de su Hijo. María, como madre, como nuestras madres, supera el dolor por el amor. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Expiración

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Con suma facilidad perdemos el norte. La superficialidad de la sociedad, que estamos construyendo entre todos, nos hace perder autenticidad y frescura. En la lonja de la Trinidad, Jesús será elevado para la salvación de todos, como así hiciera Moisés en el desierto con la serpiente de bronce . Hagamos un alto en nuestra frenética vida y fijemos la atención en un Cristo que, en el martirio de la Cruz, con sus brazos en amor extendidos, nos sigue enseñando a amar a los demás, en la adversidad: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» . Y los evangelistas, notarios de Cristo, en el Gólgota hecho trono de pebeteros humeantes, darán fe de un pueblo que se convoca ante la Cruz redentora del Cristo de la Expiración. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Caída

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Caer es de humanos y levantarse, apoyados en el Evangelio, es de cristianos. A cada Caída de uno de sus hijos, Dios tiende su mano paternal para ayudarnos; si es que nos queremos dejar ayudar por Él, que eso es otra historia. Los hermanos de la Caída han decidido no volver a verte caer y serán ellos los que con su esfuerzo te levanten una y otra vez. La Corredera, ese camino empinado al Gólgota trinitario, este año será testigo del esfuerzo y la fe de tus hermanos portadores que harán Tu duro camino más llevadero. Cristo Caído de Benlliure enséñanos que, al igual que a ti te levantamos sobre nuestros hombros débiles, lo hagamos con todos nuestros hermanos que caen a nuestro lado olvidados en residencias de la tercera edad, privados de la salud en casa o en el hospital, parados o desahuciados por el olvido de nuestro mundo. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Jesús Nazareno

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Cada cual lleva o ha llevado su particular Cruz. Esa que en tantas ocasiones rechazamos y queremos dar de lado. Pero, la cruz de los cristianos, está para ser abrazada. Y Él, consciente de nuestro rechazo humano, se hace ejemplo vivo en la mañana de cada Viernes Santo. La Consolá, ¿quién acertó a llamarla así?, ¿quién advirtió que esta puerta sería testigo, siglos después, año tras año, de las plegarias que surcarán los rostros de tantos que piden aquello que les falta; de las lágrimas que suplican por un cirineo que alivie el peso de la Cruz de cada día? Susurros entrecortados de un amanecer iluminado en las tres tulipas de un varal. La oración se hace gratitud: «gracias Jesús, porque te he podido ver, otro año más».  Miserere mei, Deus: secundum magnam misericordiam tuam .Ten piedad de mí, oh Dios, por tu gran bondad. El inicio del Salmo 51 que tantas veces recite frente a ti, junto a Manolo, al finalizar cada día de la novena, convertido en plegaria de cálidos acordes, ll...

Sentencia

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Tenía que ser en el Barrio de San Pedro. Pero, ¿cómo no habíamos sido conscientes? Tal vez, por eso nos cerraron las puertas de nuestras parroquias a la llegada de aquella cofradía incipiente; al igual que las posadas no abrían a José y María, a su llegada a Belén. Fueron ellas, nuestras monjitas de Santa Clara, quienes nos mostraron el camino, como Moisés hiciera con el pueblo de Israel. Al íntimo encuentro, frente a Su Divina Majestad,  en las vigilias de viernes noche, se unieron nuestras madres espirituales que nos cuidaban con su oración, tras la celosía de la clausura, de aquel coro alto. Sor Magdalena, desde el claustro eterno, ¡pide por tu hermandad! El poder de la oración, obró su beneficio en nosotros.  Mientras avanza quien es «el Camino, la Verdad y la Vida» , Trinidad abajo, hacia la Fortaleza Antonia de Úbeda intramuros, deja atrás, en la plaza Molino de Lázaro, patio del Sumo Sacerdote Caifás, a tantos de nosotros que, como Pedro, negamos conocerte en demas...

Buena Muerte

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No parece que hayas muerto. No encuentro ni el más mínimo reflejo de sufrimiento. No hay señal de rabia contenida por la impotencia. Más bien, parece que duermes, que esperas al amanecer para cantar Maitines junto a san Juan de la Cruz. Descansas en paz. En la paz y la tranquilidad del que sabe que cumplió con su compromiso, hasta las últimas consecuencias. Cristo de la Buena Muerte, eres el adjetivo que transforma nuestra vida. Y comienzas, cambiando el final de la existencia del hombre en algo bueno, pues para los cristianos morir aquí, no es más que nacer a tu Reino. No necesitas tronos, ni flores, ni nadie que dirija tu caminar. Te bastan 4 hermanos, porque sabes que cuando pasas frente a nosotros, descansa nuestra mirada en Ti y cada uno te portamos con el hombro de nuestros corazones. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Humildad

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Úbeda culmina su transformación cuando bajo la caída del sol, en la tarde del Jueves Santo, es tomada por la Centuria Romana. La Legión IX Hispana ha llenado las calles del color y del sonido del viejo Imperio. En san Pablo el Cristo de la Humildad es presentado al balcón de la conciencia de una sociedad que se lava las manos mirando para otro lado. Pero Tú, bondad infinita soportas la burla y el escarnio, a tu paso por la estrechez de Montiel. Cristo de la Humildad, cuida de los dos Romanos que te llevaste, este año, a tu guardia pretoriana del cielo. Humildad en todo, hasta en tu entrada, que es  triunfal. La Jerusalén ubetense se ha cubierto con el dorado de palmas y capas de ilusión recién inaugurada; y con el verde de túnicas hechas de ramos extendidos sobre la alfombra adoquinada de las calles de la ciudad renacentista. Mañana repleta de procesiones de palmas, en la intimidad del templo. Es día de estreno, preceptivo. Y la Ciudad de los Cerros, se estrenará en una nueva Se...

Columna

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Avanza la emoción de mis recuerdos. De nuevo, tras la marcialidad de tu banda, he vuelvo a subir el Rastro de mi memoria. La calle Gradas sigue estilizando la silueta del guión cardenal que va a tu encuentro. Te adivino tras la puerta, el incienso te delata. Ese incienso, que se condesa en la cancela de la emoción de aquel niño que a su madre le decía que quería ser de la cofradía de la capita. Aquellas capas y túnicas a las que las hacendosas manos de la tía Gine sacaban año tras año, los bajos de la niñez y de la adolescencia. Salí a tu encuentro, primero desde la Casa de las Torres con mi hachón y luego desde la calle San Cristóbal con mi gallardete. Pero no te vi y a la vez te encontré en el rostro de quienes han de doblar la espalda por el dolor físico o por el dolor más agudo e insoportable, el del alma. Señor, creí que debía buscarte en tu magnifico trono, por Obispo Cobos, y no me di cuenta que te hacías presente en las crudas noches del invierno de tantos inmigrantes, que s...

Oración en el Huerto

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Fueron las paredes de esta capilla el primer reclinatorio donde nos regalaste en dosis de generosidad la fórmula magistral que cura el alma: la Oración. El arquitecto de la ciudad concibió el Monte Tabor renacentista, que te aguardaba, años más tarde. En El Salvador Pedro, Santiago y Juan serán testigos de tu gloria – motivos centrales de su retablo y fachada –, como lo son de tu sufrimiento humano en el Huerto de Getsemaní. La falta de fe en la oración nos hará caer rendidos bajo la sombra de un olivo que tuvo que buscar, sabiamente, un nuevo huerto: San Pablo. No podía ser otro templo el que te esperara, pues como a Pedro, Juan y Santiago, Dios se revela a Pablo de forma excepcional. Úbeda se creó para contener fielmente tu Imagen y Palabra. Y al comenzar a abrirse, en todo su esplendor, el primer jueves que brillará más que el sol, volveré a ver en la Corredera de mi niñez, el guión en casa de Juan de Dios Peñas, esperando ser recogido por los sones vibrantes de la banda encabeza...

Prendimiento

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En la nobleza de un beso, se escondía la señal de la traición. En Salesianos Jesús es Prendido y el bullicio de un pueblo acude impertérrito a contemplar la escena. San Juan Bosco cree estar viviendo, en este inmenso paso, otro de sus sueños turbadores. Por treinta monedas de egoísmo, de interés, de vanagloria, de superficialidad, de fama… te entregamos sin ver más allá del vil metal. Pero Cristo, no rehuelle, ni se esconde, ni manda a los ejércitos celestiales que salgan en su defensa. Ni tan siquiera el agresivo caballo del centurión hace que se inmute. Y en un acto de generosidad con nosotros, se deja prender. Pero antes de ser amarrado, como si de un delincuente peligroso se tratará, nos recuerda nuestra capacidad para manipular a nuestro beneficio los gestos más sencillos y puros. «¿Con un beso, entregas al Hijo del Hombre?» Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Santa Cena

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Y en san Nicolás, cenáculo de la segunda alianza, iremos a rememorar la primera Eucaristía y el comienzo de la traición. Te entregas bajo las especies del pan y del vino. Y nosotros, ¿bajo qué especies nos estamos entregando a los demás, Señor de la Santa Cena? Hay panes de manos extendidas en la caridad y vinos de comprensión y cercanía hacia los nuestros. Pero bien sabes que “la mies es mucha, y los obreros pocos” . Señor, envía obreros a la mies de tus cofradías, y no olvides los mermados campos de parroquias y conventos. Cruzarás la ciudad, como el manto hebreo lo hace sobre la túnica de tus cofrades, y tu rostro de bondad nos hablará de «Compartir». Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Noche Oscura

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San Juan de la Cruz te trazó y Palma Burgos transcribió con la pluma de su gubia la Escritura: «de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble» . Porque  para buscar el sosiego, de cada Noche Oscura del Alma, en tu rostro en amor inflamado, tendremos que hacerlo de rodillas. Los remates rectos de la Cruz potenzada de nuestros petos, representarán las cuatro esquinas de la ciudad. No pudieron elegir mejor seña de identidad, pues la cofradía del Martes Santo estrenará recorrido  cada año y peregrinará por toda la ciudad, igual que los pescadores de hombres fueron enviados a todos los rincones de la tierra. Cada año un nuevo recorrido. Cada año renovadas reflexiones de vida, de un mismo Vía Crucis. Tu mensaje es el mismo, pero nuestras circunstancias no; por eso el Vía Crucis será como el río que contemplamos desde el puente, que siendo el mismo, es distinto a cada instante. La particular participación de los cofrades de la Noche Oscura, siempre llamó mi atención. No h...

Lágrimas

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De nuevo, la noche. El luto y el duelo se alían en la Trinidad. ¿No hay nadie que se acerque a María y seque sus lágrimas? Lágrimas que en la noche del pasado Martes Santo, bañaban los ojos emocionados de tus hijos que tantos años llevaban esperando. El Martes Santo ubetense es el prólogo perfecto al Viernes Santo. Poquito a poco se fue presentando la Señora de las Lágrimas a la ciudad y ésta le extendió su pañuelo en amor bordado. El dolor y la pena se  refleja en tu cara con el suave tintineo de un velero encendido en el sufrimiento de tantas madres que lloran las injusticias de este mundo. Pero tú, bella Princesa de san Nicolás has de ser bálsamo para esos corazones lastimados.  Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Cristo de la Pasión. Costaleros.

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El Lunes Santo, nos invita al recogimiento. Tal vez, la actitud del Cristo de la Pasión no debiera pasar desapercibida para nosotros. Deberíamos parar y recapacitar, sentados en el banco de nuestra conciencia. En ocasiones un alto en el camino, es necesario. Nació aquella asociación, luego hermandad, en espíritu de servicio a los demás, aportando brazos que empujaran tronos, hombros y costales que soportarán trabajaderas. Sigamos ese ejemplo y salgamos de nuestras cofradías a la ciudad para convertirnos en costaleros, pero en costaleros de otros cristos, pues como dijo Jesús, lo que a uno de mis hermanos le hagáis, a mi me lo haréis también . Durante varios años, bajo la plata Meneses, en la noche del Viernes Santo, fui achuchatronos de la Madre de Dios, con más devoción que fuerzas,  gracias a vuestra llamada. Experiencia única e inolvidable que guardo en mi corazón. Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)

Virgen de Gracia

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Te miro. Y me miras. Sostengo tu joven mirada y mientras tú te adentras por los recovecos del costal de mi nostalgia. Noto como los sentimientos aprietan la faja de la emoción. Aquí está, Señora del Lunes Santo, tu costalero. La ciudad, te espera. Necesitamos que derrames las guirnaldas de tu Gracia, para que acallen tantas voces ahogadas en desgracias. Por san Lorenzo, pasará la Emperatriz de jóvenes penitentes de paño azul y raso blanco de niñez,  farol en mano. La intimidad del Arroyo de Santa María, descubrirá que el cielo renacentista de la ciudad es el techo de palio de la Doncella de la antigua Colegiata. Y en tu guión, Madre, otro año más, te acompañará una nazarena de ojos azules bajo el blanco anonimato de su capirucho. Protégela. Bajo el faldón azul de aquel primer paso de palio, sencillo como tú, viví intensos sentimientos y emociones que sólo conoce quien ha probado el dulce sacrificio de la trabajadera. La voz de Miguel se perdía entre el claustro de Santa María, ...

Borriquillo

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Humildad en todo, hasta en tu entrada, que es triunfal. La Jerusalén ubetense se ha cubierto con el dorado de palmas y capas de ilusión recién inaugurada; y con el verde de túnicas hechas de ramos extendidos sobre la alfombra adoquinada de las calles de la ciudad renacentistas. Mañana repleta de procesiones de palmas, en la intimidad del templo. Es día de estreno, preceptivo. Y la Ciudad de los Cerros, se estrenará en una nueva Semana de Pasión. Dios, a lomos de un Borriquillo, nos bendice y nos abre las puertas de la nueva ciudad; las puertas de la Ciudad de Semana Santa. Foto: Alberto Román Vílchez (@tiopetos)