Angustias
Tras el Descendimiento del Hijo, san Isidoro, en el Claro bajo, será cronista de excepción del sexto dolor de María. Los hermanos a semejanza de la Madre de las Angustias, llevarán la cruz tras de ellos, reflejada como la proyección del sol del medio día, en la espalda de la Madre. El dolor humano cobra su máxima expresión, al romperse el ciclo natural de la vida, por la que los hijos serán los que entierren a los padres. Pero el rostro de María, aun roto por el dolor, rezuma dulzura al mirar al rostro de su Hijo. María, como madre, como nuestras madres, supera el dolor por el amor.
Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)
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