Lágrimas
De nuevo, la noche. El luto y el duelo se alían en la Trinidad. ¿No hay nadie que se acerque a María y seque sus lágrimas? Lágrimas que en la noche del pasado Martes Santo, bañaban los ojos emocionados de tus hijos que tantos años llevaban esperando. El Martes Santo ubetense es el prólogo perfecto al Viernes Santo. Poquito a poco se fue presentando la Señora de las Lágrimas a la ciudad y ésta le extendió su pañuelo en amor bordado. El dolor y la pena se refleja en tu cara con el suave tintineo de un velero encendido en el sufrimiento de tantas madres que lloran las injusticias de este mundo. Pero tú, bella Princesa de san Nicolás has de ser bálsamo para esos corazones lastimados.
Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)
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