Noche Oscura
San Juan de la Cruz te trazó y Palma Burgos transcribió con la pluma de su gubia la Escritura: «de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble» . Porque para buscar el sosiego, de cada Noche Oscura del Alma, en tu rostro en amor inflamado, tendremos que hacerlo de rodillas. Los remates rectos de la Cruz potenzada de nuestros petos, representarán las cuatro esquinas de la ciudad. No pudieron elegir mejor seña de identidad, pues la cofradía del Martes Santo estrenará recorrido cada año y peregrinará por toda la ciudad, igual que los pescadores de hombres fueron enviados a todos los rincones de la tierra. Cada año un nuevo recorrido. Cada año renovadas reflexiones de vida, de un mismo Vía Crucis. Tu mensaje es el mismo, pero nuestras circunstancias no; por eso el Vía Crucis será como el río que contemplamos desde el puente, que siendo el mismo, es distinto a cada instante.
La particular participación de los cofrades de la Noche Oscura, siempre llamó mi atención. No hay distinción ni privilegios. Todos pueden sentirse cercanos a la imagen de Cristo desprendido en la cruz. Y con esa perspectiva, me doy cuenta de lo acertada que es la máxima: «la procesión va por dentro». Cada cofrade en sí, somos una autentica y completa procesión. Portamos la Cruz de guía que ha de liderar nuestro compromiso cristiano y que nos identifica como seguidores del crucificado. Caminamos abandonando la comodidad y en la soledad de una túnica con la que peregrinamos por este mundo, hasta el encuentro definitivo con el Padre. Somos la luz de Cristo con la que iluminar a la humanidad, transmitiendo de unos a otros la fe, igual que hacemos con la luz en la Vigilia Pascual. Somos costaleros que, bajo el anonimato de unas faldillas, levantamos o empujamos, con la caridad, las miserias, tristezas y dificultades de nuestros hermanos. Y, finalmente, somos músicos que anuncian al viento la esperanza en un Dios, que no nos abandona.Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)
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