Buena Muerte
No parece que hayas muerto. No encuentro ni el más mínimo reflejo de sufrimiento. No hay señal de rabia contenida por la impotencia. Más bien, parece que duermes, que esperas al amanecer para cantar Maitines junto a san Juan de la Cruz. Descansas en paz. En la paz y la tranquilidad del que sabe que cumplió con su compromiso, hasta las últimas consecuencias. Cristo de la Buena Muerte, eres el adjetivo que transforma nuestra vida. Y comienzas, cambiando el final de la existencia del hombre en algo bueno, pues para los cristianos morir aquí, no es más que nacer a tu Reino. No necesitas tronos, ni flores, ni nadie que dirija tu caminar. Te bastan 4 hermanos, porque sabes que cuando pasas frente a nosotros, descansa nuestra mirada en Ti y cada uno te portamos con el hombro de nuestros corazones.
Foto: Alberto Román Vílches (@tiopetos)
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